No tardaban en localizar a Meade M. Gusteau. Lo bueno es que siempre tiene su rifle gamo viper DE 1200 pies y de mira 3-9X4, con su arma secundaria una pistola smith & wesson calibre .22lr modelo 422 target. Las dos armas de fuego de lujo.
¿Por qué siempre las tenía junto con él en un viaje? Porque el es a veces aficionado a la cacería, y la pistola es para defensa personal. Pero no disponía de mucha munición.
-Por c#4eros...-dijo lenta y calladamente.
El sabía usar bien su rifle, más que su pistola, pero nunca había matado a un humano. Pero en este día, sería un día de muerte humana.
Él estaba en la cabina cuando vio por la ventana que venían dos camionetas; de ahí salieron hombres con ak-47 y se les veía bien equipados. Casi todos venían con una vestimenta de vaqueros y uno que otro mamón de estilo agente de la CIA.
-Hijos de... Ahora si que me chi#$%ron.-y sus ojos ojerosos se abrieron mas de lo común. Era un asalto innumerable.
Maede Gusteau no sabía qué hacer... Si salir a tirar balasos y por ello lógicamente recibir otros quinientos mas, o idearse un plan para escapar. Darse por vencido no era una opción, estaba tan loco que si tan sólo pudiera matar a uno, no habría problema si le dieran muerte en el acto.
Estaba el GPS en su vista. Su cuerpo ya había adelgazado mucho... No era bueno para su edad.
-Me importa un coño.
Entonces alguien empezó a gritar desde afuera. Era uno de los sicarios.
-Sal de ahí cabrón! ya te tenemos en la mera mira.
-Mis testiculos son tus ojos...-Pensó Gusteau.
Ahí Gusteau se empezó a desplazar por la cabina hasta su GPS.
-Cabrón, que salgas o te baleamos aquí mero!
Desti no a: Italia, puerto de Génova.
-Quieres que te contemos hasta tres inche ojete?-todos los de afuera empezaron a reir a carcajadas, ya que al parecer el que lidereaba ahí era el charro y hacía gestos graciosos.
Velocidad... Tiempo estimado...
-A ver... ¿Qué número va primero?-dice el charro a su camaradas. Rien a pesar de sus babosadas-Ah... In inglish! One.
-Estos cabrones me van a recordar...-dijo Gusteau
-Dos.
Tomó su escopeta lo más rápido y se empezó a escuchar el motor automático del velero.
-Tr... HEY! EL MUY CABRÓN HIJO DE LA CHI"#$ADA SE VA!-Ya había empezado a avanzar el barco-¡Que pinches huevos!-el charro pone su mano en la boca como para alzar la voz-¡YA LAS DISTE CABRÓN!
-Me cubro!-pensó en voz alta Meade M. Gusteau.
-Fuego cabrones! no necesito de...-y su voz se perdió entre los fuertes balazos de sus ak-47.
Gusteau sólo podía cubrirse debajo de la cama. Sólo podía ver botar algunos pedazos de madera-pero aclaro, en mayoría el velero estaba hecho de metal-y se escuchaban innumerables golpes metalicos.
-En cuanto carguen, salgo a matar a ese charro hijo de p"#a.
Los sicarios disparaban sin cesar y en los ojos del charro se veía el gusto de ejercer su profesión.
Pedos, pedos y pedos. Hasta que Gusteau se sintió satisfecho. Ya había vaciado su estomago, llevaba casi dos días sin comer un bocado. Y algo se dijo Gusteau.
-Los tiempos de p$#as... se han acabado-con esto salió de debajo de la cama con algunos agujeros y con su rifle salió de la cabina.
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